UN GESTO MÍNIMO,

UNA HISTORIA DE AMOR

SABER MIRAR

Si de algo puedo presumir en mi trabajo como videografo es de saber mirar, de saber destacar qué es lo importante cuando estoy grabando y de saber juntar todos esos detalles en una historia.

Aunque pueda parecer que todas las bodas son iguales, no es así, cada boda es diferente porque todas las personas lo somos, y en consecuencia, todas las parejas. Y saber captar y expresar en imágenes aquello que les hace distintos es la clave de mi trabajo.

RAQUEL Y ÁLVARO

Raquel y Álvaro son dos personas increíbles con una historia única. Son discretos pero no se esconden, son expresivos, sonrientes y tienen muchos amigos que les quieren y les gusta divertirse juntos.

Álvaro quiso vestirse en casa de su abuela en Salamanca, a pesar de que ya no viven en esta ciudad y Raquel lo hizo en el Palacio Carrascalino, donde más tarde sería la cena. El lugar es único, un palacete modernista de principios del s.XX situado entre campos de encinas.

La ceremonia tuvo lugar en una de esas increíbles iglesias que tiene Salamanca, La Purísima presidida por un impresionante cuadro de la Inmaculada Concepción de José de Ribera… por cierto, en esta iglesia se casaron mis padres.

LA LUZ

Ah! Y claro, la luz. Qué importante es una bonita luz. Esa que podéis ver en los planos de Raquel y Álvaro jugando y besándose entre las encinas.

Restaurante:  Palacio Carrascalino 
Fotografía: Luis F.Lorenzo
Vestido novia: Pronovias
Ramo:  ByLolindoas
Zapatos novia: Lodi 
Traje novio: Anamont
Zapatos novio: Anamont

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